jueves, 21 de septiembre de 2023

El nóvum en el ocaso


La reciente aparición de Futurum, ocaso de la civilización de Mirza Mendoza, por un lado confirma que la ciencia ficción en el Perú sigue una ruta de madurez e interesantes desafíos argumentales en el particular contexto que nos toca vivir, en relación con la popularización de la inteligencia artificial (IA), más allá de los escenarios académicos que discutían con cierta exclusividad su pertinencia, y por otra contraviene una incomprensible norma no escrita: que se trata de un género que se halla en manos solo de varones, sobre todo en el Perú. 

Desde hace algunos años me vengo preguntando por qué hay tan pocas escritoras interesadas en incursionar, explorar y florecer en un género que ofrece tantas posibilidades de libertad para la liberación, descubrimiento narrativo, indagación estética y reflexión filosófica. Quizá sea un mal entendido concepto de lo que es realmente la ciencia ficción, pues esta no se reduce, como lo demuestra Mirza Mendoza, a máquinas con algún grado de IA, aventuras interplanetarias, viajes en el tiempo o conquistas de otros mundos.

Futurum, ocaso de la civilización reúne siete relatos que interpelan al lector desde las limitaciones de una tecnología que ha pretendido solucionar todo, y en los que el nóvum presenta un especial contrapeso para el sostenimiento desarrollo narrativo de los hechos, la articulación temática, la pulsión en términos dramáticos y la consecución de la verosimilitud. El nóvum, como precisa Fernando Ángel Moreno en Teoría de la literatura de ciencia ficción (2015), sería el principio racional, pero innovador desde un punto de vista de nuestra realidad, que impulsa todo el desarrollo poético de cada texto. Este planteamiento se complementa con lo esgrimido por Oriana Garcés, ‎Denisse Martínez y ‎Julián Pérez Velásquez en Estados Unidos en el cine de ciencia ficción Hollywood 1950-2010 (2023): «En la ciencia ficción se entiende por nóvum un principio innovador (por lo general un adelanto humanístico, científico, social o político), que desde la lógica de la realidad tiene un sentido racional».


Hélice dramática 

El primer relato de Futurum, ocaso de la civilización, titulado «La solución», nos aproxima a las coordenadas en las que se desplazará temáticamente el libro, en un juego de doble movimiento: la competencia y la complementariedad entre humanos y máquinas. En pocas líneas, sin hacer un mayor alarde ni despliegue de justificaciones técnicas y científicas, este primer relato hurga más en las motivaciones personales propias de los intereses económicos que en el bien común que nos brindaría el avance científico y su aplicación práctica en el ámbito de la tecnología. El cuento discurre echando mano a chismes de oficina, envidias laborales y celos profesionales, para desembocar en una interesante sorpresa en hélice dramática, por los sucesivos giros de un desenlace con agudo remate.


Escenario distópico

«Asistente personal», el segundo cuento del libro, nos ofrece, a diferencia del relato anterior, pero con los mismos elementos, un futuro nada promisorio. Estamos ante un mundo cada vez más quebrado y a punto de colapsar, un escenario distópico producto de la polarización entre humanos desmoronados y máquinas más que pensantes. Las contradicciones están dadas y solo falta el pretexto que encienda la pradera para que empiece la revolución. Ese es el trasfondo de una tragedia personal, con las inquietudes propias de un ser que se prepara para la muerte y la dignidad deviene en factor clave para asumir el reto que impone la existencia en un particular momento histórico. Un final trágico y en volutas nos invita a una reflexión que nos sobrecogerá.


Sofisticada perversidad

Mirza Mendoza explora también, en «El reflejo», la miseria humana engastada en una existencia de éxito, glamour y poder. El amor transformado por un vacío existencial en una obsesión por poseer es una pervertida consecuencia del creer que el dinero lo compra todo. Pero con esta autora, como ya se ha podido comprobar, los finales se ciñen a una lógica ajena a lo correcto desde lo moral o ético. No hay que esperar desenlaces con moraleja ni con alcances ejemplificadores. Mirza Mendoza nos exige ser testigos de finales inesperados que obligan a una relectura para encontrar cada guiño, clave y pista, como suele ocurrir en una trama policial o thriller psicológico. Y la lección se va subrayando: el progreso científico no redunda necesariamente en bienestar propio o en bien común. Por el contrario, se trataría de sofisticar la perversidad en grado sumo.


Alcance ficcional

«Conspiraciones» nos lleva al Perú del siglo XIX, de manera que el contraste entre la tecnología de la naciente República y los recursos de una nave guardiana proveniente de los confines del universo es más que notable. La historia se diluiría en una historia trivial si no fuera por un detalle muy bien planteado por Mirza Mendoza: la misión de los alienígenas es salvaguardar a Ramón Castilla para el cumplimiento de grandes empresas. El alcance ficcional de este relato desbordaría la biografía de este particular político peruano; sin embargo, una intriga finamente entretejida redireccionará los acontecimientos. Como en los demás relatos, el título nos anticipa el conflicto y sugiere la posible resolución de este.


Trascender sobre la oscuridad

En el ámbito de la ciencia ficción, hay muchos títulos que han tratado magistralmente el tema del apocalipsis, pero lo conseguido por Mirza Mendoza en «Ruta al ocaso» resulta espectacular, considerando la brevedad del relato, sobre todo por el buen manejo de los sentimientos encontrados. El amor y sus disyuntivas es, hasta cierto punto, un leitmotiv en Futurum, ocaso de la civilización. Y en este cuento de sugestivo título, ambientado en el Perú, en un futuro no muy lejano, las decisiones del protagonista, en contramarcha con lo que debería ser el cumplimiento de sus responsabilidades, va de la mano con el colapso progresivo del mundo. Extraordinaria metáfora de los continuos quiebres en la vida de una persona fracturada, que no consigue acertar en una respuesta a la altura de las circunstancias. Al final, tendrá una última oportunidad para trascender sobre la oscuridad total gracias a un encuentro no tan fortuito.


Prejuicios al límite

«Cabina de experimentación», sexto relato del libro, propone los diversos y complejos conflictos que se producen por un encuentro o, más bien, un choque cultural. La intolerancia, la exclusión, la discriminación y la xenofobia llevados al límite por tratarse de especies pensantes diferentes, de extremos galácticos opuestos. Mirza Mendoza urde una historia de amor y decepción que termina siendo un acto de caridad y condescendencia fruto, respectivamente, de la displicencia y el arrepentimiento. Compensar materialmente el desafecto no será suficiente para evitar la tragedia ni impedir que las palabras denuncien la traición. Y todo apunta a un remate doloroso que corona un nefasto corolario, y una demostración fehaciente de que al final de nuestras vidas, como diría cierto activista social, comienza el día en que nos volvemos silenciosos sobre las cosas que importan.


Inefable visión 

El libro cierra con el relato «Madre sustituta», en el que el amor es un pretexto, una vez más, para comprobar que la humanidad fue, es y será fundamentalmente la misma, en términos de bondad, desprendimiento y empatía, pero también desde la manifestación tanto de la refinada insidia como del horror más tosco y grosero. La construcción de este relato nos lleva a comprender los vaivenes de la protagonista, aunque algunas de sus decisiones nos parezcan desproporcionadas, pero la autora se ha encargado de encofrar, a manera de retorcido tirabuzón, la historia para sostener la malevolencia de las cinco últimas líneas del relato, un remate brusco, frío y desconcertante, que de algún modo enfatiza su desinterés por finales edulcorados. Como dijo cierto político de trascendencia mundial, el éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo, pero en este relato los logros de la protagonista terminan transformándose en una dolorosa e inefable visión.


Limitaciones humanas 

Por medio de estas siete historias, Mirza Mendoza despliega una particular concepción sobre la humanidad, que se subraya en el subtítulo del libro. Nos acerca, de manera simple, fluida y creativa, a antiguas encrucijadas, a ancestrales dilemas que filósofos, artistas y místicos apenas han logrado elucubrar o pergeñar en aforismos y sentencias, y a pesar del progreso y el desarrollo de la ciencia ni la más sofisticada tecnología consigue revertir ni controlar ni superar, no obstante su enorme poder. Futurum, ocaso de la civilización es una reflexión sobre las limitaciones humanas, una especie aparentemente poderosa que sucumbe ante los malos amores, los desenfrenos lujuriosos y las absurdas obsesiones. 


José Donayre





Ficha técnica
Título: Futurum, ocaso de la civilización
Autora: Mirza Mendoza 
Género: cuento
ISBN: 978-612-49176-3-9
Sello/editorial: Libre e Independiente 
Ciudad y año de publicación: Lima, 2023
Tamaño: 14.8 x 21 cm
Peso: 135 g
Páginas: 82
Precio de venta: S/ 25
Reseña de contraportada: Extraterrestres enamorados, androides asesinos, trenes hiperveloces que cruzan el Perú de Tumbes a Tacna. El acceso a la tecnología y sus consecuencias. Nada parece escaparse a la mirada de la autora, ni la maternidad artificial, ni la sempiterna rivalidad laboral, aun cuando el rival sea nada menos que un robot. Mención aparte merece la insólita ucronía en la que inteligencias extraterrestres coexisten con nuestro Ramón Castilla, una de las figuras más trascendentales de la historia republicana. Mirza Mendoza nos comparte en este volumen, no solo historias enmarcadas en un futuro oscuro y desolador, sino una visión prospectiva y poco complaciente respecto a los avances tecnológicos que, como una ola apocalíptica, nos envuelven en una marejada ineludible. Siete pasos a un futuro que siempre será un desafío. (Daniel Salvo).
Biografía: Mirza Mendoza (Lima, 1985) es narradora. Es autora del libro Tenebrismo (Editorial Sexta Fórmula, 2021). Ha sido finalista en los concursos Cuentos de Terror-Establo de Letras (Chile, 2022) y Cuéntalo en 100 Palabras (Taller Altazor, Colombia, 2022). Fue mención de honor en el concurso de terror Navidades Paralelas (Lengua de Diablo Editorial, México, 2022). Ha publicado cuentos en diversas antologías peruanas, como Letras insomnes (México, 2023), Minotauras (México, 2023), Óclesis víctimas del artificio (México, 2023), Escritofrenia (Chile, 2023), Fósforo (2023) y Voces equidistantes (2023). Es autora de los relatos virales «Ellos algún día vendrán por ti» y «Josefina».

Lugares de venta

Información de interés
Enlaces sobre este libro: ficha en la BNPartículo de Hernán Migoyapresentación de Futurum, ocaso de la civilización 



#LEERESVIVIR es un proyecto beneficiario del Concurso Nacional de Promoción de Libros
y Autores Peruanos en Medios Digitales-2022 convocado por el Ministerio de Cultura del Perú

lunes, 11 de septiembre de 2023

El poderoso bálsamo de la creación


La poesía suele ser el terreno de lo inefable, de lo epifánico, hogar de visiones y experiencias que la lengua común no puede explicar y, mucho menos, expresar. Por eso algunas veces la poesía se propone someter al lenguaje y conducirlo hacia sus posibilidades más extremas, hacia esas fronteras de la expresión en las que la palabra construye su reino para mostrarse al lector, que de esta manera es retado creativamente a un acto de desciframiento.

La poeta Katherine Estrada comprende bien este rasgo del lenguaje poético y lo pone en práctica en Liberaciones. El sentido de tu universo. Muchas cosas en juego se despliegan en este escenario de hondo dramatismo: la incertidumbre, la condición de madre, la gestación y el alumbramiento amenazados por un dictamen médico, el amor, el desamparo. 

La tensión recorre todo el libro, es su signo vital. ¿De qué tensión hablamos? De una entre el lugar de enunciación y la razón. ¿Cuál es el lugar de enunciación? La desesperación, el amor inclaudicable de una madre ante una palabra que puede condenar al fruto de su vientre al infierno de la anormalidad, esa zona de radical subjetividad en la que el poder del logos demuestra su incapacidad de ejercer dominio: el logos no puede entender cabalmente esta profunda expresión del amor.

De las palabras que dedica en el prólogo la poeta Violeta Barrientos quisiera destacar dos cosas: la adscripción de Estrada a una actitud de carácter vanguardista, que se sustenta en su ánimo de rupturas lógicas en el discurso y una inteligencia metafórica que nos conduce a la «acuarela sinestésica» que la autora menciona en uno de sus versos. El trasfondo de estos dos elementos es sin duda una reflexión sobre el lenguaje: el yo, a medida que teje su discurso, informa al lector sobre los límites y alcances de su propio discurso. 

Es interesante la asociación que surge de la idea de la gestación como figura análoga a la escritura. En el poema «8 meses», por ejemplo, se lee: 


Observo el reflejo de mis jóvenes islas,

el abultado vientre en llamas.

Líneas marcadas, placas tectónicas, 

ramificadas cual árbol de la vida y la sabiduría.

Vertientes que parten desde mi agujero negro,

hasta el núcleo limítrofe de mis espasmos (p. 21). 


El poema narra el proceso de gestación por medio de pautas verbales, como el verbo imaginar, central en la actividad creadora: 


y al mediodía, en agitado respiro, imagino:

Tus dulces mohínes.

La seda de tus manos. 

El color de tu voz. 


Son múltiples los asuntos que va recorriendo este poemario, en un hilo dramático articulado de manera muy sólida. A la gestación sigue el alumbramiento y el posparto, ese período crítico y de sensibilidad radical, en el que las transformaciones de la vida lo inundan todo, un mensaje que dice, finalmente, que nada será lo mismo, que el alumbramiento es un hito que inaugura nuevas vivencias que se suman a la cotidianidad:

El libro empieza con una declaración de principios; la conciencia de la muerte o la anulación de todo deseo no es el inicio en sí, sino la reanudación de una existencia previa, corolario de una situación límite y definitiva. Sin embargo, a pesar de la muerte, la autora llena de color el primer poema. Puede haber muerte, pero eso no significa la manifestación del luto o sufrimiento ni la posibilidad de sobrellevar el duelo. Estamos ante la necesidad de dejar de ser para asegurar la vida y eso podría implicar algún tipo de celebración o puesta en escena. De hecho, se anuncia una suerte de espectáculo: «que se abra el telón / que sangren las venas / que agonice el sol» (p. 13). Este preámbulo, antecedido por dos anclajes —el firmado por Sulpicia (la voz femenina de la poesía romana, siglo I antes de Cristo), en el que resalta «Venus con sus promesas ha cumplido: que deleites míos cante cualquiera por si dice no haber tenido suyos», y el verso suelto: «Hay líneas que se escriben en olvido», que de algún modo nos advierte de cierto grado de iluminación creadora en el ejercicio de poetizar—, nos aproxima a los veinte poemas siguientes, para tomar distancia y sopesar el vaivén de lo que la autora nos confiará.


Te he pillado contemplándome

mientras lo alimento de mis pechos,

te abstraes en mi cabello e imagino lo que piensas:

ya no volverán las flores que me colocabas,

entre el sol y la sombra,

del bosque a la facultad (p. 23)


La presencia del autismo problematiza la condición materna. El yo exacerba sus posibilidades de afecto y protección. La creación, la palabra, en ese contexto, asoma como un poderoso bálsamo, como un conjuro: 


Ven mi niño, 

vuelve a reflejarte en mis ojos,

¡a la una, a las dos y a las tres!

juro por mis antepasados que inocularé

sobredosis de fe,

hasta rebalsar mi aurícula izquierda. 

Me tejeré sentidos adicionales,

tararearé todas las noches una vieja melodía,

construiremos juntos un pararrayos para nuestro dolor,

y con un fragmento de mi recia sombra,

lograré al fin sacarnos de ahí (p. 26)


La búsqueda de la redención es, entonces, conmovedora.

No he comentado aún el título del conjunto. La palabra «liberación», en términos simbólicos, puede asociarse a la catarsis, a la limpieza, a una serie de acciones que tienen como fin purificar. El sujeto que vive la catarsis experimenta no solo haberse librado de una carga ominosa, sino también siente un efecto curativo producto del desahogo. Sin embargo, esta idea puede resultar sumamente conmovedora si se manifiesta en el plano del deseo y no en su realización porque el yo se sabe atrapado, que ese estado de gracia será inalcanzable, como dejan entender los versos finales del poema «Adiós al camino de las baldosas amarillas»: 


Retomo los golpes sobre mi reflejo,

sé bien que no existe fuego que purifique

lo que esta noche estoy anhelando (p. 39). 


El lenguaje exhibe su lucha por trascender el dolor; el yo nos muestra la imposibilidad de conseguirlo.

La condición femenina es otro asunto importante en el desarrollo de este intenso poemario. Dicha condición se manifiesta sobre todo en la experiencia cotidiana de la maternidad, pero de una maternidad marcada en ciertos bordes: un hijo autista, resistido por un entorno social prejuicioso; una madre cuyo amor incondicional, que no hay que confundir con resignación, expresa lo sublime y lo terrible de su día a día. 

La carga emotiva es una constante a lo largo de todo el conjunto. El poema que cierra el libro nos reserva una sorpresa: ver al yo poético enmascarado en Kevin, un niño autista que nos revela al fin su voz. Se trata, acaso, del poema más logrado, que consigue condensar de forma coherente todo el mundo construido desde la primera página de Liberaciones. El poema reflexiona sobre el ser autista, reflexión imaginada desde la enunciación misma del personaje, usando metáforas que revelan el oficio de su creadora: 


El mar atrae mi silencio,

sospecho que ahí se alojan mis más grandes amigos,

aquellos que me hacen cosquillas

cuando sólo yo los veo,

y esculpen mis morisquetas cada mañana,

mientras escucho una radio de recuerdos (p. 65)


A veces suponemos que la imaginación no tiene límites. Empero, hay textos que ponen a prueba la certeza de esa afirmación, textos que, como Liberaciones. El sentido de tu universo de Katherine Aguirre, toman como punto de partida una experiencia personal y sentida, que en los poemas resta importancia al dato biográfico para centrarse en la intensidad del lenguaje y de los sentimientos singularísimos que, por medio de él, se ponen en escena.


Alonso Rabí do Carmo





Ficha técnica
Título: Liberaciones. El sentido de tu universo
Autora: Katherine Estrada Aguirre 
Género: poesía
ISBN: 978-612-48751-2-0
Sello/editorial: Colección La Trenza de La Purita Carne
Ciudad y año de publicación: Lima, 2022
Tamaño: 17 x 21 cm
Peso: 135 g
Páginas: 72
Precio de venta: S/ 40
Reseña de contraportada: Así, los lenguajes de la locura o la poesía, antes voces de la videncia, del universo, lo comprensible y no comprensible, de lo racional e irracional, fueron reducidos a un espacio de riesgo vital. La poesía no sería más un sacerdocio sino una maldición decadente, viciosa y muerta de hambre. Y quienes no fueran inteligibles en el lenguaje y los códigos sociales, serían vidas ignoradas por la cancelación social. De allí la angustia que libera la voz maternal en este conjunto de poemas. El pánico ante un diagnóstico que determinará la «normalidad» o «anormalidad» de una criatura diferente a la expectativa social de racionalidad y ante esa evidencia, trata de multiplicarse para proteger del dolor a un hijo autista. [...] La Poesía tiene su propio mundo, su propio enigma que se resiste a ser penetrado pues sino haría parte de lo racional, de lo unidimensional y lineal. Sin embargo, su supervivencia es difícil, su esencia es, por lo tanto, aguantar e insistir a partir de su incomprensión que es una puerta a una dimensión que nos es necesaria. (Violeta Barrientos Silva).
Biografía: Katherine Estrada Aguirre (Lima, 1975) es comunicadora social egresada de la Universidad  Nacional Mayor de San Marcos. Es autora del libro Intrarrevolución (Hanan Harawi Editores, 2016). Como editora, ha publicado a autores como Rodolfo Hinostroza, Teresa Ruiz Rosas y Juan Cristóbal. Es gestora cultural y tallerista de narrativa y poesía. Ha participado en diversos festivales y ferias del libro nacionales e internacionales. Organiza el Festival de Poesía de Lima desde 2012.

Lugar de venta

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